La sangre se ´estanca´ en dichas venas enfermas existiendo la posibilidad de que se trombosen al no circular, especialmente ante la inactividad. Tratando las várices del sistema venoso superficial, se evita esta situación. Si dicho proceso de trombosis ocurre sin várices, el médico debe descartar otras causas. En caso de consultar por haberse instalado la enfermedad, el médico evaluará el tratamiento a seguir, que podrá consistir en analgésicos, y elastocompresión (venda o media elástica), o el drenaje del coágulo mediante un gesto quirúrgico. En la mayoría de los casos no es necesaria la anticoagulación, salvo que esté asociada a una trombosis venosa profunda, u otra causa que la justifique.
La trombosis venosa profunda, o TVP, está asociada al sistema venoso profundo, localizándose la mayoría de las veces en la pierna, aunque puede extenderse hasta el muslo, y aún más arriba. Esta situación es grave, pues la punta del coágulo, ´flota´ en el torrente venoso, pudiéndose desprender y dar lugar a un tromboembolismo pulmonar (TEP), con el riesgo de vida que ello conlleva. En este caso, sí está indicada la anticoagulación, la que se hará por un período aproximado de seis meses. En determinados casos, se recurrirá a la implantación de un filtro cavo, el que impide el paso de los coágulos.
El daño que produce el trombo a la pared de la vena, es irreversible, llevando a la destrucción de sus válvulas, y a un cuadro que se denomina insuficiencia venosa crónica, y puede llevar a la úlcera venosa. Largos viajes en auto, micro, avión, tren, pueden llevar a una trombosis venosa profunda de la pierna, por la inactividad, y la deshidratación (sobretodo en los aviones). En las enfermedades graves, que exigen prolongadas estadías en cama, el fenómeno es el mismo.