Los pintores del Renacimiento, fotógrafos del pasado, pintaban a sus modelos, con hermosas manos resaltando así su impacto en la pintura, pero revelando la edad de los mismos. Las bolsas debajo de los ojos, las arrugas faciales, son facilmente tratables, pero las venas de nuestras manos, hasta el día de hoy, no lo han sido.
Básicamente existen dos métodos para su tratamiento:
A: La inyección esclerosante y/o microfoam, con una sustancia química (igual que en los miembros inferiores).
Sus desventajas: múltiples inyecciones, a veces pigmentaciones residuales, entre otras.
B. La cirugía, como flebectomía ambulatoria.
Esta es una técnica que se utilizó primero para las varicosidades de los miembros inferiores, pero desde 1995, viene siendo utilizada en los Estados Unidos de América en forma ambulatoria. Esta cirugía cosmética de las venas de las manos, permite a las mujeres liberarse de las mismas, devolviendo esa lozanía de juventud a sus manos. Pequeñas, podría decirse casi imperceptibles, se realizan incisiones sobre el dorso de las manos, bajo anestesia local, no requiriendo puntos para su cierre.
A través de estas incisiones, con instrumental especialmente adaptado para ello, se tratan dichas venas. Ambas manos se tratan en el mismo acto, al final del cuál puede retirarse conduciendo su propio vehículo. Se utiliza elastocompresión por 24 horas en las manos, para proteger las mismas. Los hematomas e inflamación pueden persistir por 1-3 semanas, pudiendo el paciente utilizar sus manos con absoluta libertad. Este procedimiento está especialmente indicado para aquellas mujeres cuyas venas de las manos, consideran que afean las mismas. Así como las arrugas de la cara, o las adiposidades de distinta parte del cuerpo pueden ser fácilmente removidas, ésta es una solución permanente para esas no deseadas venas de las manos.